El microscopio, como ya hemos visto en la entrada anterior, es un instrumento óptico utilizado para ampliar la imagen de objetos o seres tan pequeños que no se pueden ver a simple vista a través del ojo humano; está formado por una serie de lentes de gran aumento.
El microscopio consta de varias partes:
- Oculares: son las lentes situadas cerca del ojo, su función principal es captar y ampliar la imagen que es captada por los objetivos.
- Objetivos: es la lente situada en el revólver del microscopio.
Se encargan de ampliar la imagen y es el elemento necesario para poder ver la imagen a través de los oculares.
- Condensador: es la lente encargada de concentrar los rayos luminosos transmitidos por el microscopio sobre la muestra.
- Diafragma: regula la cantidad de luz que llega al condensador.
- Foco: se encarga de dirigir los rayos luminosos al condensador.
- Tubo: es la cámara oscura que contiene el ocular y los objetivos. Puede estar unido al brazo del microscopio para permitir el enfoque.
- Revólver: es el sistema que porta los objetivos del microscopio, y que rota para poder permitir utilizar los diferentes objetivos, alineándolos a la vez con el ocular.
- Tornillos macro y micrométrico: son los tornillos encargados del enfoque, se encargan de mover la platina o el tubo hacia arriba y hacia abajo. El macrométrico permite los desplazamientos amplios permitiendo un enfoque inicial, y el micrométrico desplazamientos muy cortos, para enfoques más precisos.
- Platina: plataforma horizontal que tiene un orificio central.
En ella se coloca la muestra, permite el paso de los rayos de luz de la fuente de iluminación situada por debajo.
- Pinzas sujetadoras: son 2 pinzas que se encargan de retener los portaobjetos sobre la platina, y un sistema de cremallera que permite mover la muestra.
- Brazo: estructura sujeta al tubo, a la platina y a los tornillos de enfoque asociados al tubo o a la platina.
- Base o pie: parte inferior del microscopio que lo permite mantenerse en pie.
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